Previamente, se realiza una minuciosa selección de las aceitunas, donde se eliminan aquellas que presentan defectos como manchas, colores pálidos, daños u otras imperfecciones. Este proceso se realiza con el objetivo de garantizar la calidad óptima del producto final. Posteriormente, las aceitunas son clasificadas meticulosamente según su tamaño, asegurando la obtención de un producto uniforme y bien presentado.